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Utopías en la búsqueda de lo esencial

Henry David Thoreau (1817 – 1862), escritor, poeta y filósofo transcendentalista y naturalista estadounidense. Burrhus Frederic Skinner (1904 -1990) psicólogo, filósofo social, inventor y autor estadounidense. Y Rubén Ardila (1942), psicólogo colombiano.

¿Qué tienen los tres en común? ¿Qué los une y los reúne en este breve ensayo?

Una idea que seguramente muchos compartimos, aunque quizás pocos nos atrevemos a expresar, no digamos ya explorar: la convicción de que otro mundo diferente… mejor, es posible.

Thoreau, Skinner y Ardila comparten, además, el deseo y una personalidad que no se conforma con la reflexión filosófica, sino que los urge a la acción, la búsqueda de ese (no) lugar(utopía) o incluso la manera de construirla, una utopía que, de manera premeditada, toma el nombre de una laguna en el bosque de Concord (Massachussets) en la que comienza esta aventura: Walden1.

Walden. Una utopía naturalista

En marzo de 1845, Henry David Thoreau tenía 27 años, iban a cumplirse siete desde su graduación en Harvard y estaba insatisfecho con la vida que llevaba en la ciudad de Concord. Las profesiones tradicionales para los graduados universitarios (derecho, iglesia, negocios, medicina) no le interesaban, y su experiencia en la fábrica de lápices de su familia le hacía ver una idea que se abría rápidamente paso a comienzos de la Revolución Industrial: la mecanización que «convierte al hombre en instrumento de sus propios instrumentos».

Su amigo William Ellery Channing le dijo: «Vete, construye una cabaña y comienza el gran proceso de devorarte a ti mismo: no veo otra alternativa ni otra esperanza para ti». Y el 4 de julio de 1845 Thoreau se embarcó en un experimento que duraría dos años, dos meses y dos días, hasta el 6 de septiembre de 1847.

Se mudó a una pequeña casa que él mismo construyó en un terreno propiedad de su amigo y mentor Ralph Waldo Emerson, «un bonito prado y bosque»; junto al lago Walden2:

Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida.

Durante su estancia en el lago, Henry David Thoreau concibió sus dos obras más conocidas: Desobediencia Civil3, publicada en 1848, y la obra que recoge su experiencia personal, reflexiones e ideas de su experiencia en el lago, cuyo manuscrito continuaría revisando hasta su publicación en 1854: Walden, la vida en los bosques, considerada hoy piedra angular de la literatura estadounidense.

En el capítulo inicial, Thoreau expresa su disgusto con la vida de trabajo en la ciudad, donde el trabajador trabaja no para satisfacer sus necesidades, sino para disfrutar de un lujo innecesario4.

La mayoría de los lujos y muchas de las llamadas comodidades de la vida no sólo no son indispensables, sino obstáculos positivos para la elevación de la humanidad. Con respecto a los lujos y las comodidades, los más sabios han vivido siempre una vida más sencilla y austera que los pobres.

Este deseo se ha tornado, sin duda, más evidente, quizás más urgente, a medida que la sociedad se ha ido apartando del entorno natural en el que la especie ha evolucionado, rodeándose de tecnologías cada vez más poderosas que inevitablemente transforman la experiencia vital, creando un mundo progresivamente más complejo, difícil de interpretar y a menudo asimilar, un mundo que nos somete a reglas mecánicas, y frente al que el individuo tiene pocas posibilidades. ¿Cómo enfrentarse a ello?

Ficha técnica del libro

  • Título: Walden; or, Life in the Woods
  • Autor: Henry David Thoreau
  • Editorial: Ticknor and Fields
  • Año de edición: 1854
  • Lugar de edición: Boston (Estados Unidos)
  • N.º de páginas: 248

La reflexión de Thoreau en el lago abre dos vías, no necesariamente excluyentes.

En Desobediencia Civil, Thoreau establece los principios de su rebeldía, que hoy forman parte de los fundamentos del anarquismo. Thoreau sostiene que los individuos no deberían permitir que los gobiernos anulen o atrofien sus conciencias. Los gobiernos suelen ser más perjudiciales que útiles, y no tienen por tanto forma de justificarse. La democracia no es una cura, ya que las mayorías, por el mero hecho de ser mayorías, no son expresión de las virtudes de la sabiduría y la justicia. El ciudadano tiene el deber de evitar que su aquiescencia lo convierta en un agente de la injusticia.

Por otra parte, ante una sociedad que se percibe como represiva, la huida (o el regreso) a la naturaleza se presenta como una aspiración natural, y hasta cierto punto, un lugar común en el que confluyen experiencias de lo más contradictorias.

Un artículo reciente establece un claro paralelismo entre la experiencia vital e intelectual de Henry David Thoreau y Theodore Kaczynski5, más conocido como Unabomber, fallecido en 2023 tras más de 25 años en prisión.

No es posible pasar por alto las similitudes entre el estilo de vida y la filosofía de Thoreau y Kaczynski. Ambos defendían los beneficios y la preservación de la naturaleza; ambos estaban desencantados con las civilizaciones en constante industrialización de sus respectivos contemporáneos y, por supuesto, ambos escribieron sus obras clave en una pequeña choza en medio del bosque.

La enseñanza más importante de los escritos de Thoreau y Kaczynski es la idea de la naturaleza y la vida primitiva en la naturaleza como una especie de cura para los males existenciales provocados por la civilización moderna, específicamente la ansiedad creada por la sociedad impulsada por el capital.

Los dos rechazaban la maquinización de la persona y creían en la importancia de la vida en la naturaleza, si bien las acciones que llevaron a cabo en relación con sus ideales difieren drásticamente. Kazinsky es hoy recordado como un criminal por su campaña de bombas anónimas entre 1978 y 1995. Su método no habría sido aprobado por Thoreau. Sin embargo, su causa era idéntica, y cualquiera con una mente abierta y curiosa encontrará la lectura de su manifiesto6 sumamente reveladora y presciente.

El personaje y la obra de Henry David Thoreau recibieron escasa atención por parte de sus contemporáneos, hasta poco después de su muerte, en 1865, cuando la North American Review publicó la reseña de James Russell Lowell de varios documentos que Emerson había recopilado y editado. Hoy Thoreau es un referente de la literatura y la filosofía estadounidense.

Su experiencia vital y su legado intelectual son el primer paso de una larga historia que continúa.

Walden Dos. Una utopía científica

B. F. Skinner es popularmente conocido por sus estudios sobre el comportamiento de las ratas en una cámara de condicionamiento operante (La caja de Skinner). Su primer libro, El comportamiento de los organismos7, se publicó en 1938, y la estrategia de investigación que describe se convirtió en una rama de la psicología denominada análisis experimental del comportamiento.

En el verano de 1945, Skinner tenía dos meses libres, antes de su traslado a Indiana, y decidió utilizarlos para escribir lo que él mismo describe como una utopía científica. El Walden de Thoreau lo había acompañado desde su juventud y el título que escogió para su obra fue Walden Dos8,9.

El comienzo del verano de 1945, momento en que escribí Walden Dos, no era una mala época para la civilización occidental. Había muerto Hitler y uno de los regímenes más bárbaros de la historia estaba tocando a su fin. La Depresión de los años treinta se había sumido en el olvido. El comunismo había dejado de ser una amenaza […] faltaba un mes o dos para que Hiroshima se transformase en banco de pruebas de una nueva y terrible arma. […]

Las insatisfacciones que me llevaron a escribir Walden Dos eran de carácter personal. […] Con dos meses por delante antes de mi traslado a Indiana, me decidí a escribir una narración sobre la forma en que yo concebía que un grupo de unas mil personas resolviese los problemas planteados por su vida diaria con ayuda de unas técnicas de la conducta.

Escribió Walden Dos en dos meses, pero tardaría tres años en publicarlo. A finales de los años 40 del siglo XX, nadie parecía demasiado interesado en lo que Skinner tenía que contar:

Aquella «ingeniería de la conducta» que tantas veces había mencionado en el libro era, por aquel entonces, poco más que ciencia ficción.

Tuvieron que pasar doce años para que el libro comenzase a despertar interés. Pero en la década de los 60 la tecnología de la conducta había dejado de ser una quimera de la imaginación.

El mundo comenzaba a enfrentarse con problemas de una magnitud enteramente nueva; agotamiento de los recursos, contaminación del ambiente, superpoblación y la posibilidad de un holocausto nuclear, por mencionar cuatro.

¿Cómo inducir a la gente a servirse de nuevas formas de energía, a comer cereales en lugar de carne y a limitar el número de miembros de su familia? ¿Y cómo mantener las reservas atómicas fuera del alcance de líderes desesperados?

¿Qué es Walden Dos?

Walden Dos es una comunidad de unas 1.000 personas que utilizan los principios del análisis experimental del comportamiento para organizar una «sociedad ideal».

La historia la narra el profesor de psicología Burris, que en compañía del profesor de filosofía Augustine Castle, dos de sus estudiantes y sus novias, deciden visitar la comunidad experimental creada por un antiguo compañero de Burris, T. E. Frazier, Walden Dos.

La obra de Skinner se desarrolla en gran medida como una novela de ideas, en la que Frazier, un personaje engreído, hablador y pintoresco, guía a sus nuevos visitantes por Walden Two mientras explica con orgullo sus estructuras sociopolítico-económicas y sus logros colectivistas. Se discute, y a menudo se entra en el debate, sobre una amplia gama de temas: modificación de la conducta, ética política, filosofía educativa, igualdad de género, el bien común, la historiografía, la libertad y el libre albedrío, el fascismo, la democracia estadounidense y el comunismo soviético.

En la estructura social de Walden Dos hay un grupo de seis Planificadores (Planners), que sirven en su función un máximo de 10 años. Los Planificadores dictan normas, vigilan el estado de la comunidad, desempeñan funciones judiciales, y supervisan a los Administradores (Managers).

Los Administradores son especialistas a cargo de las divisiones y servicios de la comunidad: alimentos, salud, ocio, artes, etc. Los científicos realizan experimentos «en la cría de plantas y animales, el control del comportamiento infantil, los procesos educativos y el uso de algunas de las materias primas».

El resto de miembros de la comunidad son los Trabajadores, que tienen la opción flexible de cambiar su campo y lugar de trabajo cada día, para no aburrirse ni estancarse.

El sistema de Walden Dos no es autoritario, ni anárquico, ni democrático. La constitución puede modificarse mediante el voto unánime de los planificadores y el voto de dos tercios de los administradores. Frazier defiende que Walden Dos evita de esta manera la forma en que la mayoría de las sociedades colapsan o se vuelven disfuncionales: permaneciendo dogmáticamente.

Castle, el filósofo, es el crítico más incisivo de la nueva organización social. Burris, en cambio, acabará convencido y, en un momento de inspiración, abandonará su trabajo en la universidad para unirse a la comunidad de Walden Dos.

¿Qué tiene de bueno lo grande?

En el prólogo de la edición de 1976, Skinner reflexiona sobre el propósito de su obra y se pregunta: ¿Qué conclusión es posible sacar de una afortunada comunidad compuesta por mil personas?

El personaje central de la obra, Frazier, contestaría calificando Walden Dos de experimento piloto. Skinner, sin embargo, considera más convincente otra respuesta: ¿qué tiene de bueno lo grande? ¿para qué necesitamos las ciudades?10 ¿Cuántas personas hay que necesitan estar una cerca de la otra para ser felices?

Las dimensiones de una gran ciudad nos resultan inquietantes precisamente porque en ella encontramos a mucha gente a la que no volveremos a ver nunca y cuyo encomio o censura no significan, en consecuencia, absolutamente nada para nosotros.

Ficha técnica del libro

  • Título: Walden Two
  • Autor: B. F. Skinner
  • Editorial: Hackett Publishing Company
  • Año de edición: 1948
  • Lugar de edición: Indianápolis (Estados Unidos)
  • Traducción: Editorial Martínez Roca (1987)
  • N.º de páginas: 260

Reduciendo la dimensión y anulando el anonimato solventaríamos muchos de los problemas que nos plantea el crimen y la delincuencia. El análisis experimental de la conducta muestra que lo que cuenta tampoco es la cantidad de bienes de consumo. Es la razón que explica, para estupor del turista norteamericano, que en el mundo haya gente más feliz poseyendo mucho menos.

Si se prestara más atención al deseo de libertad y el desarrollo de la persona ―¿Cuántos americanos pueden decir que hacen aquellas cosas para las que están mejor calificados y que más les gustan?—, se reduciría la frustración que se manifiesta en el incremento del consumo de alcohol.

Los niños constituyen nuestro recurso más valioso, pero se encuentran sumidos en el olvido. Las escuelas de las ciudades muestran los daños que pueden ocasionar a la educación unas dimensiones muy grandes.

Una cultura debe reforzar, positivamente, a aquellos que la sustentan, favorecer el uso efectivo de los ratos de esparcimiento. Y ¿qué decir sobre la economía y sobre el gobierno?

¿Qué decir del gobierno? ¿Seguro que no estaré apuntando que podríamos subsistir sin la existencia de un gobierno federal? Y sin embargo, ¿hasta qué punto nos es necesario?

Se ha apuntado que la solución pudiera estar en el socialismo, aunque se haya señalado a menudo que el socialismo, como el capitalismo, está sujeto a la expansión y por ello al consumo y a la contaminación.

Rusia, después de cincuenta años, no se ha convertido en modelo que queramos emular.

En la actualidad se acepta plenamente que son precisos grandes cambios en esta forma de vida americana. Y para empezar, no estaría del todo mal partir de algo como Walden Dos.

Con los modernos sistemas de comunicación, la América del futuro podría llegar a convertirse en una red de pequeñas ciudades. ¿No serían tal vez otros Walden Dos?

Comunidades intencionales

Walden Dos se ha utilizado como inspiración y modelo para la construcción de una sociedad utópica real. Twin Oaks (fundada por un grupo de ocho personas en una granja de tabaco del Condado de Louisa, Virginia, 1967) fue pionera en la operacionalización de la idea original de Skinner.

La comunidad de los Horcones, ubicada a unos 70 kilómetros de Hermosillo, México, ha sido descrita por sus miembros como «la única comunidad Walden Dos verdadera que existe». Los miembros de Los Horcones utilizan técnicas basadas en la ciencia del comportamiento para moldear sus propios comportamientos y los de los demás.

Los Horcones es una comunidad de personas interesadas en la prevención y solución de problemas sociales en el mundo contemporáneo. Nuestro estilo de vida está basado en los principios de cooperación, igualdad, pacifismo (no-violencia), solidaridad y respeto por el medio ambiente.

Los miembros de Los Horcones se refieren a su comunidad como un laboratorio cultural y se consideran ingenieros culturales.

Walden Tres. Una utopía psicológica

Cuando leí el Walden Two de Skinner y reconocí su importancia como sociedad utópica y como aplicación de la psicología científica al diseño de culturas, me entusiasmé grandemente con sus potencialidades.

Esto me llevó a estudiar otras propuestas de construir sociedades ideales, incluyendo las de Platón, Tomás Moro, Francis Bacon, Orwell, Huxley, Bellamy y obviamente Marx y los marxistas.

Había numerosas propuestas utópicas, la mayor parte de las cuales se habían escrito en inglés: no había ninguna originalmente escrita en español, lo cual me sorprendió.

Establecí contacto con Los Horcones de México, visité su comunidad, viví con ellos, admiré y sigo admirando su gran valentía al convertir en realidad los sueños más preciados de los analistas del comportamiento.

Entre septiembre y octubre de 1978 escribí Walden Tres, que me tomó 8 semanas (el Walden Two lo escribió Skinner en 7 semanas). Parece ser que este tipo de libro no puede ser obra de años, aunque su elaboración previa, en mi caso particular al menos, pueda tardar mucho tiempo.

Rubén Ardila11 publicó Walden Tres12 con la Editorial CEAC de Barcelona en junio de 1979.

¿Qué es Walden Tres?

Quiero que usemos la psicología conductista para hacer una sociedad perfecta, para modificar al hombre, para cambiar la historia. Quiero que tú estés conmigo y me ayudes, que realicemos lo que Skinner no pudo hacer en Walden Dos. ¿Has leído Walden Dos, Dave? Es una colonia de vacaciones, una granja en la mitad de Estados Unidos donde la gente trabaja poco y tiene mucho tiempo libre para no hacer nada. Nosotros vamos a hacer un Walden Tres, en un mundo nuevo, aquí en el trópico, en medio del calor y de las palmeras, cerca al mar […]

Un país sin dominación extranjera, con un grupo de expertos internacionales de primerísima calidad, con adecuado presupuesto, con muchas ganas de trabajar y de cambiar. Eso era Panamá cuando empezamos nuestra gran reforma social. Cuando empezamos a convertir en realidad la construcción de Walden Tres.

Ficha técnica del libro

  • Título: Walden Tres
  • Autor: Rubén Ardila
  • Editorial: CEAC
  • Año de edición: 1979
  • Lugar de edición: Barcelona (España)
  • N.º de páginas: 184

La historia la narra en primera persona David González, un joven suramericano que acaba de recibir un Doctorado en Psicología Experimental en Harvard, con Skinner. Trabaja en Panamá y se siente frustrado por las pocas perspectivas que posee la investigación científica en su país adoptivo. Un día recibe la invitación de un joven general negro, Martín Lutero Rey, que acaba de dar un golpe de estado en el país. Solicita al Dr. González que unan sus esfuerzos para forjar juntos una nueva sociedad, más razonable y humana que todas las que han existido hasta ese momento. El militar y el científico constituyen, de esta manera, una especie de filósofo-gobernante, con dos cabezas diferentes.

Comienzan por deshacerse de los estadounidenses y recuperar el Canal de Panamá. Reúnen grupos de expertos para la planificación familiar, la educación, el trabajo, el sistema penitenciario, la sexualidad. A los niños se les brinda atención prioritaria que busca forjar un hombre nuevo, apoyado en las leyes del aprendizaje, que no necesite de Marx ni de Jesús. Se cambia el calendario, se suprime el ejército, se promueve la salud física y mental, se establece un sistema de refuerzo positivo y se elimina la estimulación aversiva. Nada se deja al azar. Todo se sujeta al análisis y la síntesis experimental del comportamiento. Lo fundamental es la planificación: la sociedad de Walden Tres no es punitiva, toda la gente debe vivir feliz y hacer lo que quiera; pero debe estar condicionada a querer lo que debe querer.

El proceso dura poco menos de cinco años y termina abruptamente. A las grandes potencias mundiales (USA, Rusia, China) no les agrada el nuevo experimento social, con base en la ciencia. Ven con desconfianza lo que está sucediendo en Panamá, e insisten en que se está destruyendo la libertad individual y condicionando a niños y adultos para que sean buenos y felices. Llega una invasión y el país, que no tiene ejército y ha sido educado según los parámetros del refuerzo positivo, es víctima inerme del invasor. El Señor Presidente (técnicamente «dictador») muere y David González va a parar a la cárcel, donde escribe su libro y reflexiona sobre lo que ha sucedido durante esos cinco años y la razón por la cual fueron invadidos: una nación pacífica, amante de la naturaleza y respetuosa del equilibrio ecológico, es presa fácil de los imperialismos. En el futuro, quienes planeen otra sociedad perfecta serán más cuidadosos y tendrán más en cuenta el ajedrez de la política mundial.

Walden Tres no tiene un final feliz, pero sí previsible (como señalaron algunos de los autores de reseñas y destaca Rubén Ardila). El escenario que nos describe captura terribles connotaciones sobre la historia e incluso el momento presente de la sociedad latinoamericana. Las ideas y la narrativa de Walden Tres resultan tan provocativas como controvertidas. Dejo al lector interesado que lea y juzgue.

Walden++

En el artículo «La Utopía Psicológica: Walden, Walden Dos y Walden Tres»13, Rubén Ardila incluye una tabla en la que presenta una comparación de algunos aspectos claves de Walden Dos y Walden Tres. Me he tomado la «libertad» de extenderla para incluir la utopía inicial de Thoreau, y sugerir que Walden Uno, Dos y Tres podrían no ser más que los primeros pasos de un largo viaje que podría conducirnos (ojalá!) mucho más lejos de lo que somos capaces de contemplar hoy con nuestra limitada visión.

Desliza con el dedo para ver la tabla completa.
Walden Walden Two Walden Tres Walden ++
Año de publicación 1854 1948 1979
País de publicación Estados Unidos Estados Unidos España
Sitio donde ocurre Estados Unidos Estados Unidos Panamá
Marco de referencia Análisis experimental del comportamiento Síntesis experimental del comportamiento Charter City, Network State, …
Filosofía de base Trascendentalismo, Naturalismo Conductismo Humanismo comportamental Liberalismo, pluralismo
Principales problemas Economía, Lectura, Soledad, Vecindad, Naturaleza, Animales Trabajo, Ocio y tiempo libre, Educación, Libertad Infancia, Familia, Trabajo, Reforma del Calendario, Eduación, Sexualidad, Ancianidad, Ejército, El lugar de la ciencia, Religión, Ecología, Política Internacional Sociedades del futuro
Participantes 1 1.000 2.100.000 10.000.000.000

Formamos parte de una especie social que acaba de experimentar un crecimiento exponencial, que cabría identificar como la etapa de «juventud», durante la que se toma conciencia de la necesidad de madurar para hacer frente a la limitación y sobreexplotación de recursos de su hábitat natural. La especie se enfrenta a un dilema, frente a dos caminos que divergen: replantear su modelo de desarrollo, incluso detener el crecimiento, para acomodarse a los límites del planeta Tierra, o pisar a fondo el acelerador del desarrollo tecnológico en la convicción de que es la única vía para evadir el colapso.

La tecnología y la innovación están en pleno centro del debate sobre el progreso, pero se asocian de manera casi exclusiva con el desarrollo material y económico. La experimentación y la innovación con diferentes modelos de gobierno y de sociedad pertenece, por el momento, al terreno de la especulación. Las ideas que recogen los Walden de Thoreau, Skinner y Ardila penetran de lleno en un terreno aún poco conocido: la psicología del individuo, la psicología social y la complejidad del sistema social. Y abren la puerta a un debate tan necesario como controvertido, que apenas ha comenzado y que, en muchos casos, pertenece al tabú.

Sus ideas pueden ponerse fácilmente en relación con los recientes modelos de ciudades charter, free cities, o la propuesta de estados red que buscan, precisamente, esto: abrir espacios para la experimentación con nuevos modelos de gobierno y sociedad. Es una idea aún marginal y que, por el momento, presenta enormes dificultades y barreras que superar.

Y lo que aún ni siquiera nos hemos planteado es que quizás exista espacio, desde luego a nivel intelectual, para perseguir diferentes utopías, para experimentar con diferentes, quizás innumerables modelos de Walden y, por qué no, descubrir que podría no existir un único camino, que podemos avanzar en paralelo e incluso bifurcarnos como sociedad y como especie, para perseguir diferentes utopías.

Que no te queda la menor duda: Hay otros Waldens!

Y hay quienes estamos interesados en visitarlos.

FRANCISCO J. JARIEGO
/Indie author & researcher

Francisco J. Jariego

Francisco J. Jariego (Madrid) es Doctor en Ciencias Físicas. Desarrolla su carrera profesional en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Experto en innovación, tecnologías digitales y economía de la información. Escribe habitualmente sobre ciencia, tecnología, innovación y su influencia en la sociedad en Mind the Post (en inglés) y también en español en Adyacente Posible.

Referencias

  1. Henry David Thoreau, Walden; or, Life in the Woods, 1954.
  2. Henry David Thoreau, «Where I Lived, and What I Lived For&quot», Walden.
  3. Henry David Thoreau, Resistance to Civil Government, On the Duty of Civil Disobedience o Civil Disobedience, 1948.
  4. Henry David Thoreau, «Economy», Walden.

  5. Seth Westerman, «The Philosophy of Environmental Revolution: Walden, the Unabomber, and Finding Existential Purpose in Nature», 2020.
  6. Ted Kaczynski, Industrial Society and Its Future, 1995.
  7. B. F. Skinner, The Behaviour of Organisms: An Experimental Analysis, 1938.
  8. B. F. Skinner, Walden Two, 1948.
  9. Skinner pensó en titular la obra «The Sun is but a Morning Star», que es la frase con la que concluye el Walden de Thoreau. Pero el editor decidió que no era el título más adecuado.
  10. «Gracias a los sistemas modernos de transporte y de comunicación, ya no es preciso que las empresas se encuentren a una distancia que pueda cubrirse andando o tomando un taxi». Este es un tema sobre el que continúa abierto un apasionante debate académico.
  11. La cita previa y lo que sigue a continuación reproduce (en su mayor parte, de manera literal) en los dos textos de Rubén Ardila citados. Quién mejor que uno de los tres autores que se dan cita en este encuentro, y que además escribe en español, para explicar sus ideas?!
  12. Rubén Ardila, Walden Tres, 1979.
  13. Rubén Ardila. «La Utopía Psicológica: Walden, Walden Dos y Walden Tres». Suma Psicológica, vol. 11, núm. 2, 2004, pp. 145-159.

Cómo citar este artículo:

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